miércoles, marzo 21, 2012

DIA MUNDIAL DEL AGUA

AMIGOS MONTESSORIANOS TENEMOS UNA RESPONSABILIDAD INDIVIDUAL Y TAMBIEN UNA COLECTIVA, EN EL 2012; HACER SOSTENIBLE EL GASTO DE AGUA PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA DEL PLANETA.

EN PORTADA
22 de marzo de 2012: Día Mundial del Agua. Agua y seguridad alimentaria
El 22 de marzo es el Día Mundial del Agua (DMA). Este año el Día se consagra al tema "Agua y seguridad alimentaria". La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), como coordinadora del Día este año, organiza la ceremonia oficial de ONU-Agua en su sede en Roma, Italia.
Distintos representantes participan en la ceremonia de la mañana durante la cual ofrecerán sus perspectivas acerca del tema Agua y Seguridad Alimentaria. Durante esta sesión también se darán a conocer los ganadores del Premio de ONU-Agua "El agua, fuente de vida" a las mejores prácticas en un acto presentado por el presidente de ONU-Agua, el Sr. Jarraud.
La sesión de la tarde pondrá en valor el 4º Informe de Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo "Gestionar el agua en un contexto de incertidumbre y riesgo" con una presentación del Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos (WWAP). A continuación una sesión de seguimiento del 6º Foro Mundial del Agua "Del campo al plato, reducir el desperdicio de alimentos y cambiar hacia dietas sostenibles para reducir la huella hídrica" concluirá el acto.
Mensaje del Secretario General
con Motivo de la Conmemoración del Día Mundial del Agua
22 de marzo de 2012
En las próximas décadas, para poder alimentar a una población mundial cada vez mayor y garantizar la seguridad alimentaria y nutricional para todos será necesario aumentar la producción de alimentos. Esto, a su vez, significa que nuestro recurso finito más importante,el agua, deberá utilizarse de forma sostenible.
El tema del Día Mundial del Agua que se celebra este año es «El agua y la seguridad alimentaria». La agricultura es, con mucho, el principal usuario de agua dulce. A menos que aumentemos nuestra capacidad para utilizar el agua de manera sensata en la agricultura, no podremos acabar con el hambre y abriremos la puerta a una serie de problemas, entre ellos la sequía, la hambruna y la inestabilidad política.
En muchas partes del mundo, el agua escasea cada vez más y se han ido reduciendo las tasas de aumento de la producción agrícola. Al mismo tiempo, el cambio climático está agravando los riesgos y la imprevisibilidad para los agricultores, especialmente para los agricultores pobres de los países de bajos ingresos, que son los más vulnerables y los que tienen más dificultades para adaptarse.
Estos desafíos interrelacionados aumentan la competencia entre las comunidades y los países por los escasos recursos hídricos, con lo cual agravan antiguos problemas de seguridad, crean otros nuevos y dificultan la consecución de los derechos fundamentales a la alimentación, al agua y al saneamiento. Con casi 1.000 millones de personas que padecen hambre y alrededor de 800 millones de personas que aún no tienen un suministro seguro de agua potable, es mucho lo que debemos hacer para fortalecer los cimientos de la estabilidad en los planos local, nacional y mundial.
A fin de garantizar la seguridad alimentaria e hídrica para todos se requerirá la plena participación de todos los sectores y agentes. Será necesario transferir tecnologías hídricas apropiadas, empoderar a los pequeños productores de alimentos y conservar los servicios esenciales de los ecosistemas. Se requerirán políticas que promuevan los derechos al agua para todos, una mayor capacidad reguladora y la igualdad entre los géneros. También será esencial invertir en la infraestructura hídrica, el desarrollo rural y la ordenación de los recursos hídricos.
Todos deberíamos sentirnos alentados por el renovado interés político por la seguridad alimentaria, como demuestra el alto grado de prioridad que se atribuye a esta cuestión en el programa del G-8 y del G-20, el hincapié que se hace en el nexo entre alimentos, agua y energía en el informe de mi Grupo sobre la sostenibilidad mundial, y el número cada vez mayor de países que se comprometen a fomentar la nutrición.
En este Día Mundial del Agua, insto a todos los asociados a que aprovechen cabalmente la oportunidad que brinda la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20). En Río debemos establecer la conexión entre la seguridad hídrica y la seguridad alimentaria y nutricional en el contexto de una economía verde. El agua contribuirá decisivamente a crear el futuro que queremos
ESCACEZ DE AGUA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA
El propósito de este documento es mostrar cómo unos ecosistemas sostenibles, en especial los ecosistemas agrícolas, son esenciales para la gestión del agua y la producción de alimentos. Este documento proporciona una evidencia de base al ilustrar la triple interdependencia que existe entre los ecosistemas, el agua y la seguridad alimentaria al demostrar cómo la gestión de los ecosistemas puede mejorarse para garantizar la disponibilidad del agua y evitar futuras crisis alimentarias. El informe se centra principalmente en cómo lograr una producción sostenible de alimentos desde una perspectiva biofísica sin abordar, como tales, los elementos sociales e institucionales relacionados con la seguridad alimentaria. Sin embargo, varios de estos elementos se destacan a lo largo del texto buscando recordar al lector que siguen siendo un componente crítico para garantizar la seguridad alimentaria de los grupos más pobres y socialmente más desfavorecidos. El documento está estructurado para mostrar la relación entre los ecosistemas, el agua y los alimentos; comienza con los capítulos sobre seguridad alimentaria (2), ecosistemas (3) y agua (4). Cada uno de ellos proporciona argumentos sobre las razones por las que se hace necesario un enfoque integral de los ecosistemas y lo que ello debería conllevar. El capítulo de síntesis (5) explica cómo los ecosistemas agrícolas proporcionan agua y otros servicios que contribuyen a la seguridad alimentaria.
Esta publicación trata sobre cómo el enfoque de los servicios de los ecosistemas aplicado a la gestión del agua y de otros recursos naturales y las aquellas políticas que afectan a dicha gestión puede generar una producción de alimentos más estable y sostenible y reforzar la seguridad alimentaria. El documento reúne el conocimiento más avanzado disponible procedente de diversos campos para tratar de desenmarañar las interconexiones entre los ecosistemas, el agua y los alimentos. El documento sugiere también el camino a seguir e identifica oportunidades específicas basadas en los ecosistemas y orientadas a aumentar la producción de alimentos optimizando el uso de los recursos hídricos, protegiendo los recursos básicos y mejorando los ingresos y la seguridad alimentaria de los más pobres.




LOGOTIPO DEL DECENIO DEL AGUA Y DECLARACIÓN DE EXONERACIÓN DE RESPONSABILIDAD
1. Diseño
El logotipo del Decenio "El agua, fuente de vida" representa una fuente de agua de color azul oscuro. La fuente está formada por dos manos que, semejando una copa, salen de un océano de agua representado por dos líneas anchas horizontales y ondulantes. El agua - representada por una línea de puntos - brota de la fuente en ambas direcciones, indicando que el agua es una fuente de vida.
Las palabras "El agua, fuente de vida" 2005-2015 figuran debajo de la ilustración. El logotipo del Decenio "El agua, fuente de vida" está disponible en los seis idiomas oficiales de las Naciones Unidas: árabe, chino, español, francés, inglés y ruso.
El logotipo del Decenio puede ser objeto de variaciones a escala nacional. Una variación nacional del logotipo debe mantener el diseño básico, pero puede añadir, en la parte superior o inferior, el nombre del país (o de una ciudad o localidad de ese país) y también un lema que se considere apropiado en relación con el Decenio y conveniente en el contexto nacional o local.



¿Por qué un Decenio dedicado a «El agua, fuente de vida»?
El agua es esencial para la vida. Ningún ser vivo sobre la Tierra puede sobrevivir sin agua. El agua resulta indispensable para la salud y el bienestar humanos así como para la preservación del medio ambiente. A pesar de ello, cuatro de cada diez personas en el mundo carecen de acceso a una simple letrina y casi dos de cada diez no tienen acceso a una fuente segura de agua potable. Cada año, millones de personas, la mayoría niños, mueren por enfermedades relacionadas con un abastecimiento de agua, un saneamiento y una higiene inadecuados. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cada día mueren alrededor de 3.900 niños a causa del agua sucia y de la falta de higiene; las enfermedades transmitidas a través del agua o de los excrementos humanos constituyen la segunda causa de muerte infantil en el mundo después de las enfermedades respiratorias. Tanto la escasez como la baja calidad del agua y un saneamiento deficiente afectan negativamente a la seguridad de los alimentos, las opciones de sustento y las oportunidades de educación, sobre todo las de las familias más pobres del planeta. Los desastres naturales relacionados con el agua como inundaciones, tormentas tropicales y tsunamis, tienen una enorme repercusión en la vida y el sufrimiento humanos. También demasiado a menudo la sequía golpea a los países más pobres, agravando las situaciones de hambre y malnutrición.
Más allá de cubrir las necesidades básicas del ser humano, el abastecimiento de agua y los servicios de saneamiento, así como el uso que hacemos de los recursos hídricos, son factores determinantes para un desarrollo sostenible. En algunas partes del mundo, el agua constituye la principal fuente de energía, mientras que en otras se desaprovecha casi totalmente su potencial energético. También resulta indispensable para la agricultura y forma parte de numerosos procesos industriales y, en muchos países, supone el principal medio de transporte. Gracias a un mejor entendimiento del conocimiento científico, la comunidad internacional ha empezado a apreciar en mayor medida los beneficios derivados de los ecosistemas acuáticos, por ejemplo, en el control de las inundaciones, la protección contra las tormentas o la purificación del agua.
Los desafíos relacionados con el agua aumentarán significativamente en los próximos años. El continuo crecimiento de la población y el incremento de los ingresos conllevarán un enorme aumento del consumo de agua y de la generación de residuos. La población de las ciudades de los países en desarrollo crecerá de forma alarmante, lo que generará un aumento de la demanda muy por encima de las capacidades de los servicios y de la infraestructura de abastecimiento y saneamiento de agua, ya hoy en día insuficientes. Según el Informe de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo, en el 2050, al menos una de cada cuatro personas vivirá en un país con escasez crónica o recurrente de agua.
Parece que hay algunos más de unos pocos motivos para posicionar los temas relacionados con el agua y el saneamiento entre las principales prioridades de las agendas internacionales

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